Concluye un paseo por la historia musical de Oaxaca
Oaxaca, Oax.- Después de seis días de conciertos que sonaron en el Valle de Tlacolula, la ciudad de Oaxaca y la Mixteca Oaxaqueña, el pasado lunes concluyó el Decimotercer Festival Internacional de Órgano y Música Antigua, cuya finalidad es difundir el legado musical de Oaxaca, representado por sus antiguos órganos tubulares de los siglos XVII, XVIII y XIX.
En este encuentro musical que se realiza cada año y medio, se atrajo al público por una ruta sonora en ocho órganos oaxaqueños, conciertos donde destacó la presencia de reconocidos organistas como: Craig Cramer (EEUU), Pavel Kohout (República Checa), João Vaz (Portugal), Eliseo Martínez (Oaxaca) y Cecilia Winter (EEUU).
Con una gran asistencia en cada recital, el trayecto comenzó en la Basílica de la Soledad, luego siguió en la Catedral de Oaxaca, el templo de Santa María de la Natividad Tamazulápam, San Matías Jalatlaco, Santo Domingo Yanhuitlán, San Andrés Zautla, San Jerónimo Tlacochahuaya, y cerró en el templo de Santa María de la Asunción Tlacolula.
Esta travesía por el pasado musical de Oaxaca, que vuelve a sonar con fuerza, fue organizada por el Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca (IOHIO), asociación civil que fue fundada en el 2000 con el apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú y actualmente es financiada por donaciones privadas.
De acuerdo con los objetivos que persigue el IOHIO, esta asociación se compromete a proteger, conservar, documentar y promover los órganos tubulares antiguos en el estado de Oaxaca, con el fin de crear conciencia sobre su importancia como parte del patrimonio cultural nacional e internacional y de reintegrarlos a la vida actual de sus comunidades.
En Oaxaca, el IOHIO ha buscado que los propios oaxaqueños se sumen a la conservación de estos legendarios instrumentos, ricos en su tradición musical y cuyas particulares rasgos físicos los hacen únicos en el mundo.
Durante la labor del IOHIO en sus visitas a las comunidades oaxaqueñas, ha buscado concientizar a los herederos de estos instrumentos, sobre el esfuerzo que hicieron sus antepasados para financiar sus órganos tubulares.
Es común ver, al interior de los templos, que la comunidad católica queda fascinada cuando escucha el sonido de un órgano ya restaurado, pero se sorprende más cuando se les informa que el órgano que resguarda su iglesia fue fabricado en Oaxaca.
Cuando el IOHIO empezó a trabajar, en Oaxaca había alrededor de 50 órganos registrados, actualmente esta institución tiene documentados 72 órganos históricos en Oaxaca, y alrededor de 10 instrumentos que son de manufactura poblana del siglo XIX. Los 62 órganos restantes fueron fabricados en tierra oaxaqueña.
Esa es la razón que hace a la escuela de organería oaxaqueña sea fascinante, porque estos instrumento son reconocidos internacionalmente, con características especiales que le dan una personalidad física y sonora.
Hoy es apremiante revalorar los órganos históricos de Oaxaca, por ser parte del patrimonio oaxaqueño. Lo irónico es que aunque estos tesoros musicales son adorados por organistas, organeros, especialistas y musicólogos, para muchos oaxaqueños son totalmente desconocidos.
Actualmente, el IOHIO tiene a su cargo la tutoría de jóvenes oaxaqueños, que se están capacitando para hacer sonar los órganos históricos.
A 19 años de vida del Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca, sus pasos le han hecho desempolvar joyas sonoras que nos revelan porque Oaxaca fue el tercer centro de música más importante en la Nueva España.
Ahora el reto no sólo es su conservación, sino reintegrarlos a la vida actual de los templos católicos donde se encuentran. Además de formar a los organistas que mantengan vivo el legado musical de los oaxaqueños y concientizar a los sacerdotes de la Iglesia católica que en sus manos tienen una importante herencia musical de los oaxaqueños.
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