El reconocimiento a la diversidad musical oaxaqueña va más allá de la ciudad de Oaxaca: Rubén Luengas
Para armar un diseño adecuado de política pública para las músicas de Oaxaca, el investigador oaxaqueño, Rubén Luengas, sugiere que su hechura no solo dependerá de la autoridad vigente, sino de quienes hacen la música aquí, para reflexionar lo que necesita Oaxaca, “porque Oaxaca necesita un traje muy a la medida”
Oaxaca, Oax.- Un diseño adecuado de política pública dirigida a las músicas de Oaxaca es la propuesta que hace el etnomusicólogo Rubén Luengas, una oportunidad -que desde su punto de vista- tiene la nueva administración del gobierno del estado de Oaxaca, “porque en gestiones anteriores y hasta la fecha, no se han atendido otras prácticas musicales que están fuera de la capital oaxaqueña”.
En entrevista el Director de Pasatono Orquesta, y en el contexto de la situación que ha atravesado en las últimas semanas la Orquesta Sinfónica de Oaxaca, el investigador explicó que en el estado, las necesidades en materia musical son mucho más grandes: “Oaxaca merece también orquestas típicas, grupos de música y danza ikots, bandas de la Sierra Norte, bandas de la Sierra Sur, grupos de jarana arpa y marimba del Papaloapan”.
Y añadió, que en este sentido, Oaxaca requiere y merece la representatividad musical de los pueblos afromestizos, el fortalecimiento de las lauderías mixtecas de Miahuatlán, del Istmo y de Mazatlán Villa de Flores, la revitalización del salterio, la reactivación del arpa de los mazatecos, “y este reconocimiento de la diversidad musical, está más allá de la ciudad de Oaxaca”.
Además de ser parte de los investigadores que coordinaron el diagnóstico científico denominado Etnografía de las Culturas Musicales de Oaxaca (ECMO), Rubén Luengas ha estudiado por casi 20 años las músicas de Oaxaca, y afirma que esta tierra requiere de una política pública en materia musical que, “tenga la intención y diseño adecuado para aportar, fortalecer y desarrollar el universo musical que es diverso y complejo; pero solo con seriedad y estrategia se podría llevar a cabo”.
Para armar este proyecto, el etnomusicólogo y compositor oaxaqueño sugirió que su hechura no solo debe venir de la autoridad vigente, “sino de los que hacemos la música aquí, de los que estamos inmersos en la música de día y de noche, es reflexionar en lo que necesita Oaxaca, que es un traje que no se compra en una tienda y se le dan tres puntadas para subirle la bastilla, Oaxaca necesita un traje muy a la medida”.
Luengas detalló que este trabajo tiene que hacerse con conocimiento de causa, “porqué lo que se necesita en el ámbito musical en el Istmo no es lo se necesita en la Sierra, y lo que se necesita en la Mixteca no es necesariamente lo que falta en la Costa. Se requiere de una buena y contundente política, que pueda prever y tener alcance transexenal, ese es el gran reto”.
-¿Una escuela de música para Oaxaca?
Pensar en hacer una escuela de música en Oaxaca es otra gran tarea, reflexionó Rubén Luengas, misión que llevaría a plantearse desde su ubicación física hasta el plan de estudios que la regiría, de manera que pueda permear en los oaxaqueños y a los interesados del Oaxaca más recóndito, además que todos puedan tener acceso.
“Porque está expresado en la ley de cultura que los derechos y bienes culturales, educativos en este caso, como es la educación musical es un derecho de todos, y yo creo que sí se puede, no es imposible, pero cómo y bajo una reflexión profunda y la creación de una política adecuada”.
Para el investigador, hasta el momento se ha trabajado en continente y no en contenidos, “y lo que se necesita son contenidos, que es lo más importante, el continente está ahí inacabado. En algunas circunstancias, a lo mejor en determinado lugar no necesitan un bombo, ni un cuarto, ni un edificio, porque ya los tienen. Porque no todas las prácticas musicales se miden con la misma vara, ni tienen las mismas necesidades”.
Hace algunos años se habló de la idea de hacer un Conservatorio en Oaxaca, al respecto Luengas dijo que ese proyecto era como el ejemplo de la exclusión de las músicas de Oaxaca, “yo tengo un dicho: no quiero volver a sentirme ajeno en mi propia tierra, y no deseo que los jóvenes o los niños triquis, ikots o los rockeros se sientan ajenos en su suelo, por no tener la oportunidad de desarrollarse en su tierra, porque la música es enorme y son muchos estilos, géneros y formas”.
Rubén Luengas se reconoce con un espíritu un tanto descolonizador de la música, y citó a la socióloga Elisa Ramírez, “ella escribió en un artículo, que el problema no es que hagamos libros en lenguas indígenas, el problema es que tal vez no es el formato para promover las lenguas indígenas un libro, estamos copiando un modelo occidental con grafías latinas, y ella misma pone esa pregunta en la mesa, y me gira la cabeza con esa reflexión”.
Antes de concluir la entrevista, el etnomusicólogo oaxaqueño indicó que en el caso de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca, él la ve como una orquesta en transición, “terminó un periodo, una forma de hacer cultura, que fue bajo un contrato, se acabó ese contrato y la nueva autoridad está formulando una nueva forma de promover a la orquesta; hay que esperar, tal vez está intenso el ambiente, y seguramente se va a ir aclarando poco a poco mientras vaya pasando el tiempo”, acotó.
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