Roberto Montenegro, uno de los artistas más polifacéticos de la primera mitad del siglo XX
Ciudad de México, Méx.- Roberto Montenegro fue uno de los artistas más inquietos y polifacéticos de la primera mitad del siglo XX, aseguraron las historiadoras Julieta Ortiz Gaitán y Rosa María Sánchez Lara en la conferencia ‘Conociendo a Roberto Montenegro’, la cual se efectuó el martes pasado en el área de murales del Palacio de Bellas Artes, en el marco de la muestra ‘Roberto Montenegro. Expresiones del arte popular mexicano’.
Ortiz Gaitán recordó que Montenegro fue un creador inquieto, al grado de que sus intereses artísticos no se limitaban al arte europeo, sino que abarcaban las expresiones populares, lo cual fue forjando lo que se conocería como el nacionalismo.
Nacido en Guadalajara, Jalisco, en 1887 y primo hermano de Amado Nervo, Montenegro provino de una familia muy tradicional. A pesar de que los artistas de su generación crearon un arte comprometido, cuyo principal motor fue la lucha revolucionaria, la obra de Montenegro era sui generis y distinta a la de ellos.
Por su cercanía con Nervo –comentó Julieta Ortiz–, Montenegro ilustró una revista publicada por el poeta y se impregnó del espíritu decadentista de la época. “Su dibujo, eso sí, fue muy refinado y contenía un sello decadente y los principales motivos del fin del siglo antepasado, como la mujer fatal. Fue la primera etapa de su arte”, recordó la historiadora.
Más adelante, ya instalado en la Ciudad de México, Montenegro inició su formación académica. En Madrid, más tarde, se conectó, mediante Nervo, con los principales artistas, e inmediatamente se identificó con la Academia de San Fernando, pero pronto descubrió que en París se generaban las vanguardias que cambiarían el arte.
La especialista, con el apoyo ilustrativo de diapositivas, señaló que las primeras figuras creadas por Montenegro estaban atormentadas, tal vez porque quería emular el estilo de Julio Ruelas, aunque fue en Mallorca en donde empezó a resaltar los rasgos de las personas tal y como son, y con paisajes llenos de vida como fondo.
A su regreso a México en 1919, se sintió desorientado y desconcertado porque se le hacía un sitio desconocido, luego de 15 años de vivir fuera de nuestro país. En cambio, las manifestaciones de arte popular lo conmovieron desde el primer momento en el que las vio.
En 1921, con la creación de la Secretaría de Educación Pública y el adoctrinamiento ideológico, quiso combatir el analfabetismo que, en ese entonces, abarcaba al 80% de la población mexicana.
Para el pintor, el lenguaje del arte alcanza niveles universales. Por tal motivo participó activamente en la ilustración de libros de texto e incluyó en su obra mural temas cotidianos, ya que quería que el arte estuviera al alcance de todos, apuntó la especialista en arte y patrimonio artístico.
Por su parte, Sánchez Lara, también historiadora del arte, añadió que el pintor conoció en Europa el art nouveau, entre otras manifestaciones y vanguardias artísticas que influyeron notablemente en el desarrollo de su carrera. La exposición Roberto Montenegro. Expresiones del arte popular mexicano, la cual puede ser visitada hasta el 25 de febrero en el Museo del Palacio de Bellas Artes, representa una oportunidad para conocer el legado artístico y la colección de arte popular de uno de los creadores más polifacéticos del siglo pasado en México.
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