Un viaje a la identidad y un grito de denuncia a través del teatro
Oaxaca de Juárez, Oax.- Un diálogo con la memoria, la identidad y la protesta, así define la actriz y dramaturga Esmeralda Aragón a la obra de teatro que escribió y decidió llamar El Coyul; a un año y medio de su estreno, esta propuesta de teatro comunitario sigue mostrándose de manera incansable, por ser un llamado y reflejo de los problemas que viven los pueblos de Latinoamérica.
En un viaje de sensaciones entre el público y Esmeralda, que inició en octubre de 2018, este miércoles 26 de febrero la puesta en escena llega a su representación número 21 en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca a las 18 horas, como parte del Festival Encuentro Escénico Epicentro de Tierra Independiente.
La obra consta de siete escenas, a manera de contar los siete días de la semana, toda una semana de mirar la vida en El Coyul; desde un miércoles en el tianguis, un domingo en el béisbol, un día de fiesta, un día después de la tragedia, un día para recordar a quienes ya no están, un día para recordar a las mujeres de esta localidad que han desaparecido.
“Yo quería hablar de El Coyul más allá de una referencia folclórica de esta localidad ubicada en la región del Istmo de Tehuantepec, quería hablar de las cosas que no se dicen, de lo que no se habla en las familias, creo que era importante que alguien hablara de eso, porque si nos están desapareciendo a las mujeres, creo que nos terminarán de eliminar cuando nos olvidemos de ellas por completo”.
Esmeralda Aragón considera que ella tiene la responsabilidad de hablar de estos temas que aborda El Coyul, “yo tengo la conciencia de alzar la voz desde mi tarea de hacer arte, de hacer obras de teatro, es desde mi trinchera donde yo puedo aportar algo a mi comunidad”.
La actriz explica que cuando empezó a escribió de las desaparecidas no fue un tema del hubiera querido tocar pero su conciencia la llevó a ese punto, “una noche que estaba yo escribiendo me enteré que una paisana había desaparecido, sentí rabia y mucha impotencia y solté mi emoción a través de escribir de este tema”.
La actriz originaria de El Coyul, agencia municipal de San Pedro Huamelula, también toca el tema en el escenario de que también desparecen los árboles de la región, “hace años hubo un tráfico impresionante de árboles de Granadillo, la gente ya empezaba a querer matarse por conseguir un árbol de esta espacie que vale miles de pesos, porque con ellos se fabrican instrumentos musicales”.
Una identidad en juego
La pérdida de la identidad de los pueblos también sube al escenario de la mano de Esmeralda, “porque a veces no queremos ser del pueblo, queremos ser citadinos, buscamos huir de la comunidad, queremos vivir en la Ciudad de México en un cuarto de azotea, donde apenas si respiras, cuando en El Coyul tenías un gran patio con árboles frutales, flores y agua”.
Cuando Esmeralda Aragón sale al escenario para representar El Coyul, sumerge a los espectadores al recuerdo, sin dudarlo los lleva a hurgar en el cajón de la memoria, como una ola embravecida revuelca al público en un choque de emociones, su risa contagia y su llanto empapa las historias comunes.
Después de recorrer Oaxaca con El Coyul, Esmeralda dice que su obra de teatro le ha regalado confianza, porque reconoce que siempre tuvo miedo a escribir, a lo que iba a decir la gente de su pueblo, donde presentó esta obra de teatro por primera vez.
“El Coyul ahora es mi carta de presentación como actriz, porque es ahí donde en realidad se ve mi trabajo que tiene un principio y un fin desde la dramaturgia, El Coyul es un camino que he transitado toda la vida, lo conozco y me permite descubrir veredas y siempre poder regresar al camino, es una obra que me pone atenta, porque toda la confianza recae en mí”.
El Coyul es una propuesta escénica de la compañía de teatro Pelo de Gato, formada en el 2011 por Esmeralda Aragón y Tavo Lastra, cuya personalidad hace que sus propuestas se amolden a cualquier espacio, “En Pelo de Gato no se suspende la función si no hay manera de colgar la hamaca, porque consideramos que muchas veces al teatro lo hace el actor, si hay un actor de un lado y un público del otro lado, no necesitamos más”.
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