Día a Día

Seduce Tania Libertad con su canto

Rocío Flores/OaxacaMedia

Fotos: Carlos Salinas

Oaxaca, Oax. – “Me han traído de regreso a Oaxaca”, dice la peruana mexicana Tania Libertad frente a una plaza repleta de gente que ha esperado paciente para escucharla.

Fuegos artificiales reciben en Xoxocotlán, Oaxaca, a Tania, considerada una de las mejores cantantes latinoamericanas. Su voz vibra y conecta con la gente a segundos de haber iniciado el concierto.

“Dicen que por las noches nomás se le iba en puro llorar, / dicen que no dormía nomás se le iba en puro tomar, / juran que el mismo cielo se estremecía al oír su llanto, / cómo sufrió por ella que hasta en su muerte la fue llamando, / cucurru-cucú… cantaba… cucurru-cucú… gemía…”. Tania llega intensa, canta, interpreta, flexiona ligeramente las piernas, se balancea, seduce.

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Frente a la Iglesia de Xoxocotlán la peruana nacionalizada mexicana interpreta las letras de la canción mexicana de Tomás Méndez que alude al mal de amores. Foto: Carlos Salinas.

Frente a la Iglesia de Xoxocotlán la peruana nacionalizada mexicana interpreta las letras de la canción mexicana de Tomás Méndez que alude al mal de amores. Es el quinto Martes de Brujas.

Admiradora de la música mexicana, de los huapangos, las rancheras y el tequila ―que le acompaña esta noche― Tania interpreta El tiempo que te quede libre, de Tomás Méndez, Fallaste corazón, de Cuco Sánchez.

“Espero que lo que yo deje aquí sirva para dar ese abrazo que ustedes se merecen”, dice la cantante en una pausa. El público aplaude y corea con ella la estrofa de Procuro olvidarte. “Lo que haría porque estuvieras tú, porque siguieras tú conmigo, / Lo que haría Por no sentirme así, por no vivir así perdido”.

El grito de un jovencito impetuoso de no más de 20 años interrumpe al embelesado público. ¡Bravo, Tania, bravo! Todos ríen mientras continúa el concierto y se escucha Mi unicornio azul. La cantante recuerda que cada canción tiene una historia detrás: Nube viajera es la favorita de mí querido Gabo, del maestro Gabriel García Márquez, dice la artista antes de su interpretación, que también antecede a uno de los momentos más seductores del concierto: cuando la peruana canta Guendanabanni (La última palabra), en lengua zapoteca de los binnizá

Antes platica que ésta es una canción que le emociona mucho: “La escuché aquí en Oaxaca, en casa de una persona a la que adoré hasta el último momento de su vida, el pintor oaxaqueño Rodolfo Morales. Luego fue alguien de Juchitán a mi casa para que me hiciera entender lo que dice”.

Tania toma un impulso, un sorbo de su tequila, lleva su mano al pecho y suelta con su voz pausada pero no menos sentida la letra en zapoteco:

“Guenda nabani xhianga sicarú ne gasti rú ni ugaanda laa. Diuxhi biseenda laanu idxi layú ne laa cuidxi laanu ra nuu. Tania canta intensamente, su ritmo, su voz, su vibra ha vuelto conectar con el público.

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El concierto concluye ante el público que aún permanece en sus butacas o que corre para saludarla de cerca, más de cerca. Foto: Carlos Salinas.

“¡En español!”, le grita el público del valle, y ella la canta de nuevo, ahora en castellano. Tania es complaciente esta noche, el público le pide, le grita, la ovaciona, ella canta el Cielo Rojo, Urge, y hasta un popurrí de “San Álvaro Carrillo”.

También el Ave María, Paloma Negra, Concierto para una sola voz. Su voz resuena en el escenario, por brevísimos momentos se ausenta pero vuelve, la gente guarda silencio cuando se encienden todas las luces del escenario para iluminar completamente su actuación cuando interpreta Concierto para una sola voz, y Alfonsina y el mar a capela.

 Por su dedicación y talento, el anfitrión de este Martes de Brujas, el edil Alejandro López Jarquín le ofrece un reconocimiento; ella responde con un gesto en el que reitera su amor por México y su música: “Este canto es de ustedes y es mi propio canto”, dijo emocionada.

El concierto concluye ante el público que aún permanece en sus butacas o que corre para saludarla de cerca, más de cerca.

“La música es una tabla de salvación, es una manera de explicar, una forma de entender que no podemos ir por la vida sin tomar en cuenta el arte. Necesitamos autoridades que reconozcan que esto es lo único que conecta a un pueblo”, dice al final, ya en su camerino.

Afuera se escuchan aún inquietas voces que le gritan su cariño a la peruana aplaudida en las mejores salas de conciertos del mundo, así como en escuelas preparatorias, universidades, cárceles, hospitales, casas de cultura y plazas públicas de México. Quizá esto explica por qué es una de las artistas más queridas y reconocidas de Latinoamérica.

 

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Staff Santa Cultura

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