Permanece en Oaxaca colección de fajas y ceñidores tradicionales del mundo
Oaxaca, Oax.- Ceñir el paraíso – La colección de Tony y Roger Johnston, piezas textiles enfocadas principalmente en las fajas y ceñidores usados tradicionalmente en numerosas comunidades indígenas, se exhiben desde abril pasado en el Museo Textil de Oaxaca (MTO).
La exposción ilustra los paralelos que existen entre piezas textiles proveniente de México, Guatemala, la región andina y otras regiones del mundo, las cuales se pueden apreciar en las salas Grana, Añil, Coyuchi, Caracol, de dicho museo ubicado en el Centro Histórico de la ciudad.
Tony y Roger llegaron a la Ciudad de México en 1968. La vocación de Tony como escritora de libros para niños y la profesión de Roger como banquero les permitieron conocer a varios devotos del arte y las tradiciones populares, señala Alejandro de Ávila, curador de la muestra.
La joven familia viajó a muchos lugares remotos y atestiguó los cambios dramáticos en la vida de los pueblos indígenas durante ese periodo. En uno de sus primeros viajes, adquirieron una faja que visten las mujeres de Cuetzalan en la Sierra Norte de Puebla, adornada en un extremo con lana de colores encendidos.
De regreso en la ciudad, un amigo de Roger opinó que semejante tejido luciría bien sobre la tapa del WC. Indignados por ese comentario, y alentados por conocedores del arte textil como Irmgard Johnson, Ruth Lechuga y Donald Cordry, Tony y Roger comenzaron a reunir una muestra de las fajas y los ceñidores de todo México. Así nació la colección que Tony donó al MTO en 2017, y que ahora se exhibe como un homenaje a la visión y la generosidad de ella y de su finado esposo.
Entusiasmados por la belleza de los textiles que iban encontrando desde la Sierra Tarahumara en Chihuahua hasta los Altos de Chiapas, la colección fue creciendo año con año. Roger era particularmente perseverante y logró convencer a muchas personas para que le vendieran ejemplos sobresalientes, algunos de ellos en uso, otros guardados como recuerdos familiares.
Habiendo cubierto la mayor parte del país, los Johnston ampliaron la mira y empezaron a adquirir fajas, ceñidores y cintas para el cabello en Guatemala. De manera paralela, incorporaron a su colección prendas análogas de la gente hopi y navajo del suroeste de Estados Unidos, y también bandas ceremoniales tejidas por los pueblos originarios de la región de los Grandes Lagos en el sureste de Canadá, completando de esa manera un acervo excepcional, representativo de toda América del Norte.
La institución financiera donde laboraba Roger lo envió a La Paz, en Bolivia, así inició una nueva fase en la vida de la familia y así surgió un segundo núcleo de la colección, tan rico y tan variado como lo que habían reunido en México.
En la región andina, Toni y Roger explayaron su talento como amantes consumados de los textiles. A principios de los años 1980, recién llegados ellos a Bolivia, se daban a conocer los tejidos excelsos que varias comunidades aymaras del altiplano habían conservado durante cien o doscientos años.
En esas fechas algunas familias decidieron vender parte de su legado y los Johnston pudieron comprar ponchos, awayos (capas de mujer) y otras prendas ceremoniales, además de las fajas maravillosas que los seguían fascinando.
Viviendo en La Paz, emprendieron viajes a Perú, Ecuador y Chile, donde encontraron ejemplos adicionales, buscando siempre tejidos de excelencia. Años después, cuando la familia regresó a California, llevaba consigo una colección extensa y magnífica de fajas y ceñidores de toda América.
Hasta donde se sane, no hay otra que se compare a ella en manos privadas o museo alguno.
Siempre inquieto, Roger se lanzó posteriormente a Bután, donde reunió un último conjunto de fajas, complementando las que Tony y él habían conseguido del sur de China, Indonesia, el centro de Asia, Turquía y Marruecos.
En 2016, segada la vida de Roger en un accidente de esquí, deporte que lo apasionaba, Tony tomó la decisión de donar el acervo entero a este museo, sumando casi mil piezas.
Ceñir el paraíso – La colección de Tony y Roger Johnston puede visitarse de lunes a sábado, de 10 a 20 horas, y domingo de 10 a 18 horas, la entrada es libre.
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