Por: José Luis PÉREZ CRUZ / Mala ALVARADO

Oaxaca de Juárez, Oax.- “Me inquieta mucho el destino de Oaxaca, creció de una manera que quizás no es la mejor ni la más deseable para conservar aquello que muchos pensamos que era realmente la esencia del oaxaqueño”, expresó en entrevista para Santa Cultura el escritor Fernando Solana Olivares.

«Es necesario dotar de una capacidad crítica a aquellos que estén dispuestos a escuchar»: Fernando Solana. Foto: Mala Alvarado.

El también periodista y maestro universitario, nacido en la Ciudad de México pero de ascendencia oaxaqueña, sonriente comentó que su relación con Oaxaca es la de un amor dolido: “cuando no estoy aquí me entra la nostalgia, pero cuando llego me doy cuenta que aquella Oaxaca entrañable para mí, ya no existe más”.

Así, ante el panorama con el que se encontró, el escritor reflexionó que hay un exotismo falso en Oaxaca, “se trata de una fascinación por una especie de folklorismo étnico que sí es de origen verdadero, pero se ha convertido en un modismo comercial”.

“Lo que veo es una uniformidad, un mercantilismo, un arte en gran medida vacío que ha perdido el alma y se ha multiplicado por razones comerciales”, reflexionó Fernando Solana.

Lo anterior, bien puede relacionarse con el tema de los nombramientos que han recibido ciertos lugares con apertura turística, como es el caso de barrio mágico. Sobre esto, el autor indicó que “se trata de una voracidad insaciable del capitalismo; los pueblos y barrios no se resisten a perder su identidad, sino al contrario, se abren de capa”.

Asimismo, explicó que estamos delante de una época final terminal que en un primer momento va a exigir de nosotros dos cosas. La primera es atrevernos a nombrar las cosas, “porque cuando tú defines y denominas una circunstancia ya tienes el primer paso para comprenderla y resistir”.

Por otra parte, dotar de una capacidad crítica a aquellos que estén dispuestos a escuchar y decir cómo están realmente ocurriendo las cosas, es lo segundo que el autor considera necesario para intervenir en el acontecer.

“Creo que hay una tara sociológica, pensamos que las cosas van a cambiar el día que todos entendamos que tiene que cambiar, eso es falso es un falso problema”, indicó Fernando Solana.

“Yo aspiro a que algunos viejos y jóvenes nos decidamos a las cosas simples, a lo cotidiano, lo comunitario”: Fernando Solana. Foto: Mala Alvarado.

En contraposición, insistió que el camino adecuado es crear sociedades críticas que se atrevan y que estén dispuestas a desarrollar conciencia de las causas: “la casuística es otra parte que hemos perdido en términos analíticos. No sabemos por qué pasan las cosas que pasan”.

Ahora bien, algo presente en la visión Fernando Solana es que a pesar de los males que acomplejan a Oaxaca, existen formas de resistencia en pequeños formatos. El autor mencionó los hechos del 2006 como un ejemplo del pasado.

Sin embargo, para el presente también reconoció formas de una resistencia cultural, mencionando por ejemplo a 1450 Ediciones y al mismo Santa Cultura: “son formas que aparecen legítimas y necesarias”, afirmó.

Desde otro ángulo, como alguien que trabaja con las letras, Fernando Solana mencionó que el lenguaje también es parte de la resistencia, pero que actualmente hay un envilecimiento del lenguaje por la reducción de los términos, lo que trae una gran crisis de interpretación.

“Nos hemos convertido en malos cronistas: pásame la desa, ¿cuál desa? pues esa, la que tienes en la mano”, ejemplificó.

Finalmente, explicó que en ese sentido, “una de las tareas esenciales es trabajar con los niños para vacunarlos contra la pérdida del lenguaje que es una pérdida de conciencia, pues pensamiento y lenguaje son sinónimos; quien no se cuenta asimismo su vida, simplemente no la ha vivido”.