La obra de Coronel posee un diálogo estético con México y su tiempo
Ciudad de México, Méx.- La pintura mexicana despidió, este martes 7 de mayo, a uno de sus mayores exponentes. El artista zacatecano Rafael Coronel Arroyo, cuya obra abarca más de seis décadas. La crítica vinculó su trabajo al de los grandes maestros europeos, como Rembrandt o Caravaggio.
La secretaria de Cultura, Alejandro Frausto Guerrero, lamentó el deceso del pintor y comentó que “perteneció a una familia de tradición en la plástica mexicana. Su diálogo estético fue con México y su tiempo, pero también con el mundo. Miembro emérito del Sistema Nacional de Creadores, hemos perdido a un gran artista emblemático de una época de México”.
Rafael Coronel incursionó en diversos movimientos artísticos, como la Ruptura y el hiperrealismo. Teresa del Conde escribía que se trató de “uno de los figurativos más persistentes y productivos”. Coronel logró enlazar las proposiciones vanguardistas de la Ruptura con las aportaciones de generaciones precedentes.
La pintura de Coronel es reconocible por una acentuada teatralidad y la fuerte carga expresiva en el rostro de sus personajes, así como por la ambigüedad en los espacios y situaciones. Entre sus influencias, citaba frecuentemente el trabajo de Goya o José Clemente Orozco.
Su pintura logró trasladar a personajes marginados de la sociedad a la alta cultura. La obra de Coronel presentaba las transformaciones en el México de finales de siglo XX de una forma siempre original.
Al inaugurar una exposición en el Centro Nacional de las Artes en 2011, Coronel Arroyo destacaba: «Para mí lo cotidiano es la materia prima más importante, a veces en los libros encuentro la mejor inspiración porque ahí se encuentra toda la historia del mundo, de la naturaleza humana con todas sus conquistas, fracasos y retos».
Rafael Coronel nació en Zacatecas en 1932. Desde niño estuvo en contacto con las artes, ya que su abuelo se dedicaba a decorar iglesias y su hermano Pedro también desarrolló una carrera como pintor. Ingresó a La Esmeralda en 1952 y para 1959 presentó su primera exposición individual en el Palacio de Bellas Artes.
En 1959, conoció a Ruth Rivera, hija de Diego Rivera, con quien se casó en 1960. En 1990, fue inaugurado el Museo Rafael Coronel en su natal Zacatecas, que exhibe la vasta colección de máscaras pertenecientes al artista, así como objetos coloniales, dibujos, terracotas y muebles. En 2010 le fue otorgado el Premio Iberoamericano al Mérito de las Artes.
Destacan sus exposiciones individuales en la Galería de Arte Mexicano, el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, el Castello Sforzesco, el Museo Real de Arte de Bruselas y la Bienal de Sao Paulo.
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