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Han pasado 35 años desde que Toledo donara su casa, sus libros y su tiempo para gestar el IAGO

El artista Francisco Toledo donó su casa para crear un museo dedicado a la formación artística y la gráfica

Ahora su fundador está presente a través de la exposición Procesos, conformada por más de 150 pruebas de estado y de autor. Piezas únicas que en su mayoría no se habían mostrado antes

Oaxaca de Juárez, Oax.- Con una exposición de 124 obras de artistas de diferentes épocas y distintas escuelas del arte universal y un biblioteca pequeña que cabía en un cuarto de 5×5 metros, abrió hace 35 años el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), primer espacio que el artista Francisco Toledo fundó en la ciudad de Oaxaca, el cual lo dedicó a la gráfica.

El IAGO es fue espacio desde donde Toledo abanderó causas sociales como la defensa del patrimonio, el medio ambiente y la lucha del maíz, entre otras.

Este 29 de noviembre el IAGO llega a su XXXV aniversario, con la presencia de su fundador a través de la exposición Procesos, que está conformada por más de 150 pruebas de estado y de autor. Piezas únicas de Toledo que no se habían mostrado anteriormente y que por esta ocasión se exhiben en el museo. El IAGO también cumple un año más de vida con un valioso acervo de más de 60 mil libros, que por la cantidad está dividido en dos sedes, que lo hace ser una de las bibliotecas especializadas en arte más importantes de América Latina, y una colección de obra gráfica de alrededor de 17 mil piezas.

En 2013 Toledo platicó que decidió dedicar el espacio a la gráfica por razones económicas y por su formación como artista, “yo empecé como impresor, litógrafo y creo que un día se va a ver que lo más importante en mi obra, en cantidad y calidad, es la que he hecho de gráfica, más que pintura y cerámica”.

Y es que el artista reconoció tener una atracción y debilidad por las artes gráficas, cuando vivió en España y París aunque estuviera pintando siempre buscaba talleres de gráfica.

Para el artista el IAGO no sólo representó un sitio para acercar a más personas al arte gráfico y al mismo tiempo promover la educación artística, también fue un lugar desde donde gestó otros proyectos culturales como el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), la Fonoteca Eduardo Mata, el Cineclub El Pochote, el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) e innumerables proyectos culturales y educativos.

Hace una década cuando el IAGO cumplió un cuarto de siglo Toledo dijo que francamente nada de lo que había emprendido lo hizo con la idea de que iba a trascender o que iba ser muy importante.

“Uno hace las cosas sabiendo que es necesario y nada más, pero no lo haces pensando que esto va a generar que exista una escuela de pintura oaxaqueña o la apertura de galerías y restaurantes o que los ciegos que cantan van a grabar su música”.

El 29 de noviembre de 1988 el IAGO abrió con una exposición de 124 obras.

Agregó que muchas cosas crecieron al mismo tiempo que el IAGO, “Este momento de Oaxaca ha sido muy afortunado, creo que toda la gente de México ve en Oaxaca un modelo a seguir de difusión cultural, gracias a todas estas instituciones que se han abierto”.

El IAGO no sólo ha sido un espacio para ver arte gráfico, para consultar libros en su gran biblioteca donde se han formado artistas y escritores, para aprender una técnica artística en sus talleres gratuitos o conocer autores a través de las presentaciones de libros, también ha sido un foro de discusión, un espacio desde donde Toledo abanderó causas sociales como la defensa del patrimonio, el medio ambiente y la lucha del maíz, entre otras.

Como parte del aniversario del IAGO recientemente se realizaron una serie de conversatorios, en uno de ellos, Miguel Ángel Vásquez de la Rosa de Educa Oaxaca compartió que “Toledo y el IAGO representan una ética y una estética de los movimiento sociales, porque su lucha social también se plasma artísticamente, como cuando realizó los papalotes por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, eso representa una lucha creativa, así como la lucha en defensa de los maíces, las imágenes del maíz que plasmó Toledo llevó la lucha social al terreno de la estética, eso es digno de reconocimiento”.

Agregó que el IAGO “en el movimiento social del 2006 fue una especie de refugio, este espacio tuvo un papel de trinchera”.

En la inauguración acudieron Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, entre otras personas.

Este mes de noviembre distintas voces se reunieron para hablar en torno a lo que ha sido un espacio cultural con tres décadas y media de vida en el sur del país, se realizaron conversatorios en torno a la labor educativa que ha tenido el IAGO, su papel en los movimientos sociales, los proyectos en lenguas originarias que apoyó el maestro Toledo, las exposiciones que se han realizado, proyectos editoriales y la experiencia de quienes han sido lectores de la biblioteca.

 

 

Datos

  • El 29 de noviembre de 1988 el IAGO abrió con una exposición de 124 obras de pintores de diferentes épocas y distintas escuelas del arte universal. Se exhibieron trabajos hechos desde 1417, planos antiguos religiosos y acuarelas, entre otros
  • A la inauguración acudieron el entonces gobernador Heladio Ramírez López, el director del Instituto Nacional de Bellas Artes, Manuel de la Cera, el artista Francisco Toledo, Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, entre otras personas.
  • En enero de 2015 el artista Francisco Toledo entregó el IAGO al Instituto Nacional de Bellas Artes a cambio de un peso. Actualmente es parte de la red de museos del INBAL en colaboración con la asociación civil Amigos del IAGO y del CFMAB A.C.
  • La Coleccion Toledo-INBA está conformada por alrededor de 17 mil piezas con obra de artistas como: Francisco Toledo, Rufino Tamayo, Leopoldo Méndez, Leonora Carrington, Francisco de Goya, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Marc Chagall, Alberto Durero, Lucas van Leyden, Joan Miró, Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, entre otros.

 

 

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Staff Santa Cultura

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