Oaxaca, Oax.- Fue a inicio de los sesenta del siglo pasado cuando Francisco Toledo en un museo de Colonia, Alemania, vio uno de los últimos autorretratos que Rembrandt creó, en él, el artista se veía viejo, desdentado, con un trapo amarrado a la cabeza —tal vez ya calvo— riendo ante un espejo.

La obra sorprendió al joven artista juchiteco que contó que “tenía 21 años. ¡Quién diría que años después me vería en aquel espejo!”.

El próximo 29 de septiembre se inaugura Naa Pia´. Yo mismo a las 11:30 horas en la Galería Juan Martín en la Ciudad de México, la muestra está integrada por 54 autorretratos que el artista realizó entre 2017 y 2018.

Naa Pia´. Yo mismo se exhibió por primera vez en mayo de 2017 en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y ese mismo año viajó a Los Ángeles, California, ahora regresa a México con piezas nuevas; las técnicas que se incluyen son óleo sobre madre, mixta y escultura.

Francisco Toledo ha realizado autorretratos de distintas épocas de sus vida, en entrevista mencionó que ha pintado su juventud y su madurez, ahora tocaba pintar retratos de su vejez.

Comentó que el recurre al autorretrato porque es el modelo más cercano que tiene, “soy yo, el que puede estar quieto, o puede estar frente al espejo, sin moverse, sin perder intimidad en el trabajo porque no es otra persona a la cual estás dibujando”.

El autorretrato de Rembrandt de viejo que el artista vio en Colonia ha sido un referente para él, considera la obra como bella.

Al hablar de pintar la vejez el fundador del IAGO dijo que en esa etapa de la vida los rasgos se acentúan, “hay algo que hace que sea más fácil de reconocerme, que el parecido pueda ser más verídico ahora a diferencia de hace unos años, pero al hacer las obras que ahora se exponen no me preocupé de que tenía que parecerme, de pintar todas las arrugas, así que me quito y me pongo arrugas como quiero”.

Toledo dijo que en el fondo en el autorretrato no busca hacer una obra idéntica a él, más bien cuida el color, la textura y la composición, “es lo mismo que pintar un zapato viejo, algo que ya ha vivido”.

Francisco Toledo ha pintado su juventud y su madurez, ahora tocaba pintar retratos de su vejez.