Oaxaca , Oax.- Después de vivirse con intensa euforia, llegó a su fin el Carnaval Putleco, fiesta donde participó toda la comunidad. Inició con el desfile de comparsas que data de 1826, y que este 2019 cumplió 193 años de realizarse.

El Carnaval Putleco es famoso por sus coloridas danzas, sus alegres bailes, su comida tradicional y principalmente por su gente que participa en las principales calles al compás de la música. Los carnavales inician tres días antes al ‘Miércoles de ceniza’ y es una fiesta de hermandad que viven los habitantes putlecos y visitantes. Nadie se queda en casa, todo el pueblo participa.

Durante esta celebración se realiza un desfile tradicional, compuesto por las comparsas de “Los
Viejos”, que se sabe son las más antiguas, y se caracteriza por sus trajes de “tiliches”, elaborados
con retazos de tela de diferentes colores, cubriéndose con una máscara de estropajo o de piel de conejo y con un sombrero grande hecho de palma.

Por su parte, “Los Copalas” engalanan el desfile con sus vestimentas de las etnias de esta región, como blusas bordadas o huipiles, confeccionados por habitantes de la etnias: Triquis, Amuzgos y Tacuates.

Al recorrer las calles, salen al paso “Las Mascaritas” con rostros cubiertos por una máscara de madera y ataviados con trajes y vestidos de manera elegante. Esta comparsa conjunta las tradiciones culturales de indígenas, españoles  y negros que conforman dicha región.

Traje de Los Tiliches.

En materia cocina tradicional, en Putla Villa de Guerrero su comida es variada. La comida es una mezcla de sabores de la Costa, por lo que la hace una tradición culinaria multicultural y única.

Los visitantes disfrutaron del pan de sesteadero, picaditas de chicatanas, flautas de pescado, ceviche de tichindas, langostinos en salsa de chicatanas  y el famoso pozole putleco; así como los famosos compuestos,  una bebida de aguardiente con frutas, la cual se sirve fría.

El cronista de Putla, José Ángel Miguel Ramírez Méndez, mejor conocido como el Profesor
Miguel Ángel, cuenta sobre la historias del municipio, tradiciones, las haciendas y sobre el traje de Los Tiliches.

«Los trabajadores o peones de la región, que eran muy pobres, salían con andrajos, con ropas rotas, posteriormente se cambiaron por trajes con parches y posteriormente, se empezaron a hacer los trajes con los retazos que sobraban del carnaval».

«Con el paso del tiempo, el traje ha cambiado, ahora en vez de parches o pedazos de trapos se hacen con tiras de 40 centímetros, para que al bailar lucieran mucho más y dieran al espectador la sensación de que flotan en el aire al ritmo de la música», finalizó el cronista.