CRÓNICAS DE «EL TIGRE» AHORA DESDE EL CIELO
"El Tigre"
Periodista de faenas largas, lo mismo para prensa escrita que para radio, la voz de Samuel Gómez en la frecuencia radiofónica avivó una fidelidad hasta el último día
Este domingo de elecciones, Samuel Gómez Santiago reconocerá un nuevo campo de batalla, madrugará como es su costumbre y al final del día tendrá una opinión certera, como lo hacía a través de la frecuencia de ‘La Zeta’, en su columna radiofónica, ‘Desde la línea con Samuel Gómez’.
Tenía el tacto para interrumpir una sabrosa plática y luego entrar al aire, no importaba el ruido que le rodeará o los distractores, Samuel Gómez siempre daba un impecable reporte para radio. La memoria fue su mejor aliada, y aunque poco apuntaba, siempre llevaba consigo una libreta.
El periodista que falleció el viernes 5 de junio de 2015, era un hombre incansable, de faenas largas, lo mismo para prensa escrita que para radio. Su voz en la frecuencia radiofónica incentivó una fidelidad hasta el último día, lealtad que no le dio la prensa escrita, todavía el pasado viernes dio su última nota, horas antes de su muerte.
“El Tigre” como era conocido en el medio periodístico, fue de los reporteros que se formó con los años, tuvo como escuela la fuente policiaca y aprendió de la experiencia de grandes locutores que le exigían mejorar cada día su trabajo, como José Gutiérrez Vivó y Manuel Humberto Siordia, quien le dio la oportunidad para ser reportero en un noticiero radiofónico.
Samuel recordaba que a Gutiérrez Vivó no le importaba despertarlo de madrugada para darle una orden de trabajo, en tiempos donde los celulares estaban lejos de formar parte de las herramientas de los periodistas y el internet no resolvía las dudas, las redes sociales simplemente no existían.
Samuel Gómez pertenece a la llamada generación de periodistas de “la vieja guardia”, su incursión en esta profesión fue hace cerca de 35 años, en el periódico El Sol de Oaxaca, tiempo después ingresó a El Imparcial.
Curiosamente, comenzó como fotógrafo, de ahí cubrió la fuente policiaca donde se dejó guiar por los periodistas Bernabé Pérez Palacios y Lorenzo Jaime Hernández.
“El Tigre” asumía que esos dos personajes fueron pilares fundamentales en su formación, “reconozco la entrega de Bernabé y la agudeza de Lorenzo Jaime”.
Quienes conocen la trayectoria de Gómez Santiago pueden testificar que Pérez Palacios y Hernández, formaron a un periodista entregado y con una agudeza periodística envidiable, pero además con un estilo propio que impregnó en cada una de las notas, crónicas, reportajes y columnas de opinión que redactó.
Sus crónicas siempre eran esperadas, lo mismo narraba cada inicio de un ciclo escolar, que las eternas sesiones del Congreso del Estado o el concierto Bajo el Laurel.
Pero lo que más disfrutaba reportear, y nunca abandonó, eran las notas de policiaca, porque para “El Tigre” la información de esta fuente abarcaba todo, “es una escuela, me apasioné tanto en policiaca que después de 17 años yo no quería dejar la sección”.
Tenía el tacto para interrumpir una sabrosa plática y luego entrar al aire, no importaba el ruido que le rodeará o los distractores, Samuel Gómez siempre daba un impecable reporte para radio. La memoria fue su mejor aliada, y aunque poco apuntaba, siempre llevaba consigo una libreta.
El periodista que falleció el viernes 5 de junio de 2015, era un hombre incansable, de faenas largas, lo mismo para prensa escrita que para radio. Su voz en la frecuencia radiofónica incentivó una fidelidad hasta el último día, lealtad que no le dio la prensa escrita, todavía el pasado viernes dio su última nota, horas antes de su muerte.
“El Tigre” como era conocido en el medio periodístico, fue de los reporteros que se formó con los años, tuvo como escuela la fuente policiaca y aprendió de la experiencia de grandes locutores que le exigían mejorar cada día su trabajo, como José Gutiérrez Vivó y Manuel Humberto Siordia, quien le dio la oportunidad para ser reportero en un noticiero radiofónico.
Samuel recordaba que a Gutiérrez Vivó no le importaba despertarlo de madrugada para darle una orden de trabajo, en tiempos donde los celulares estaban lejos de formar parte de las herramientas de los periodistas y el internet no resolvía las dudas, las redes sociales simplemente no existían.
Samuel Gómez pertenece a la llamada generación de periodistas de “la vieja guardia”, su incursión en esta profesión fue hace cerca de 35 años, en el periódico El Sol de Oaxaca, tiempo después ingresó a El Imparcial.
Curiosamente, comenzó como fotógrafo, de ahí cubrió la fuente policiaca donde se dejó guiar por los periodistas Bernabé Pérez Palacios y Lorenzo Jaime Hernández.
“El Tigre” asumía que esos dos personajes fueron pilares fundamentales en su formación, “reconozco la entrega de Bernabé y la agudeza de Lorenzo Jaime”.
Quienes conocen la trayectoria de Gómez Santiago pueden testificar que Pérez Palacios y Hernández, formaron a un periodista entregado y con una agudeza periodística envidiable, pero además con un estilo propio que impregnó en cada una de las notas, crónicas, reportajes y columnas de opinión que redactó.
Sus crónicas siempre eran esperadas, lo mismo narraba cada inicio de un ciclo escolar, que las eternas sesiones del Congreso del Estado o el concierto Bajo el Laurel.
Pero lo que más disfrutaba reportear, y nunca abandonó, eran las notas de policiaca, porque para “El Tigre” la información de esta fuente abarcaba todo, “es una escuela, me apasioné tanto en policiaca que después de 17 años yo no quería dejar la sección”.
En una entrevista, Gómez Santiago lamentó que las nuevas generaciones de reporteros ya no tienen un compromiso real con el periodismo, “existen reporteros que no van a su fuente, ni al lugar de los hechos, solo se cuelgan de Internet y ya”.
El periodista que será enterrado este domingo 7 de junio a las 14 horas, en el panteón de San Martín Mexicapam, añoraba los tiempos donde los reporteros buscaban tener la mejor información o la mejor foto, es decir, ‘peleaban la nota’, hecho que daba un genuino prestigio a los periódicos.
“Antes realmente vivías las escenas, si ibas a un accidente preguntabas a los testigos, hacías una investigación, a veces les ganabas a los propios policías y eso se ha perdido, hoy se basan en el boletín y en las fotos que manda la procuraduría”, detalló.
Para Samuel Gómez lo importante era tomarle ‘sabor’ a las notas, “se debe disfrutar el momento, muchas veces dicen que para ser periodista te debe encantar el chisme, pero es más que eso, tienes que involucrarte, ir al fondo”.
Consideraba que la labor del periodista es contribuir y sensibilizar a la sociedad, decir lo que se está viviendo y sintiendo. “Ahora los jóvenes quieren ser periodistas para ser ricos, pero no se trata de eso, uno tiene un papel que cumplir, yo amo esta profesión, si volviera a nacer volvería a ser periodista y con más ganas, porque tengo muchas deficiencias, pero creo que tengo una gran pasión por esto”.
Don Samy, como lo llamaban sus amigos, tuvo la oportunidad de trabajar con los que consideraba los mejores periodistas, Sergio Sarmiento, Jacobo Zabludowsky y Nino Canún. Su ausencia en el medio será un reto difícil de cubrir para las nuevas generaciones.
Se fue aquel hombre que sonreía aunque estuviera solo, porque estaba escribiendo algún apunte para una crónica, el que llegaba y reconocía el trabajo de los demás, porque leía cada entrevista y crónica de sus compañeros.
“El Tigre” que siempre solía decir que estaba construyendo la democracia de este país, será sepultado precisamente cuando el país vive un proceso electoral.
El periodista que será enterrado este domingo 7 de junio a las 14 horas, en el panteón de San Martín Mexicapam, añoraba los tiempos donde los reporteros buscaban tener la mejor información o la mejor foto, es decir, ‘peleaban la nota’, hecho que daba un genuino prestigio a los periódicos.
“Antes realmente vivías las escenas, si ibas a un accidente preguntabas a los testigos, hacías una investigación, a veces les ganabas a los propios policías y eso se ha perdido, hoy se basan en el boletín y en las fotos que manda la procuraduría”, detalló.
Para Samuel Gómez lo importante era tomarle ‘sabor’ a las notas, “se debe disfrutar el momento, muchas veces dicen que para ser periodista te debe encantar el chisme, pero es más que eso, tienes que involucrarte, ir al fondo”.
Consideraba que la labor del periodista es contribuir y sensibilizar a la sociedad, decir lo que se está viviendo y sintiendo. “Ahora los jóvenes quieren ser periodistas para ser ricos, pero no se trata de eso, uno tiene un papel que cumplir, yo amo esta profesión, si volviera a nacer volvería a ser periodista y con más ganas, porque tengo muchas deficiencias, pero creo que tengo una gran pasión por esto”.
Don Samy, como lo llamaban sus amigos, tuvo la oportunidad de trabajar con los que consideraba los mejores periodistas, Sergio Sarmiento, Jacobo Zabludowsky y Nino Canún. Su ausencia en el medio será un reto difícil de cubrir para las nuevas generaciones.
Se fue aquel hombre que sonreía aunque estuviera solo, porque estaba escribiendo algún apunte para una crónica, el que llegaba y reconocía el trabajo de los demás, porque leía cada entrevista y crónica de sus compañeros.
“El Tigre” que siempre solía decir que estaba construyendo la democracia de este país, será sepultado precisamente cuando el país vive un proceso electoral.
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