Por: José Luis PÉREZ CRUZ / Mala ALVARADO

San Agustín, Etla, Oax.- Quien busque adentrarse a la detallada técnica de la filigrana istmeña, “debe tener muchas ganas de aprender y saber que no es fácil de trabajar; los alumnos comienzan, se les hace difícil y luego lo dejan”, afirmó en entrevista para Santa Cultura el maestro artesano Cándido Santiago, quien por varios años se ha dedicado a trabajar con esta técnica.

Con paciencia y amor, el maestro Cándido Santiago trabaja y enseña la filigrana istmeña.

“A todos les gustan las piezas terminadas, pero no se dan cuenta que para hacerlo se tiene que poner mucho amor, porque las piezas tienen vida y si el artesano se desespera, sienten la vibración del enojo y no quedan”, comentó el maestro.

Así, trabajar la filigrana del Istmo requiere de mucha paciencia y concentración. Sin embargo, Cándido Santiago aceptó que incluso él, siendo maestro, se ha llegado a desesperar: “lo que yo hago es dejarlo un rato, me relajo caminando como media hora, regreso y ya queda todo en su lugar”.

Con este tipo de consejos, del 10 al 14 de marzo, el maestro Cándido Santiago enseñó su técnica a otros doce maestros provenientes de varias ciudades del país. Esto como parte del Programa de Filigrana Mexicana del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), proyecto en el que el artesano Impartió un módulo.

“Mi técnica se les hace más difícil a los maestros del taller, pues es más detallada, uso hilos más delgados y requiere mucha concentración. Ellos esperaban que fuera un poco más fácil”, compartió Cándido Santiago al cuestionarle sobre cómo ha sido el intercambio y enfrentamiento de las distintas técnicas que convergieron en sus clases.

El maestro Cándido Santiago enseñó su técnica en el CaSa a otros doce maestros provenientes de varias ciudades del país.

Con mucho gusto, refiere el maestro, enseña la técnica de la filigrana istmeña en el CaSa, pues “se está perdiendo este tipo de trabajo; muchos jóvenes ya no quieren hacerlo porque les gusta el dinero más fácil que aprender un trabajo complejo”, reconoció.

En este sentido, es muy importante que las nuevas generaciones aprendan a trabajar la filigrana, pues este tipo de joyería, comentó el maestro, forman parte de la vestimenta de Istmo: “las que más son tradicionales, son los pendientes de mayas y los aretes de corbatas que usan las mujeres con su huipil”.

Por otra parte, también se usan piezas con diseños nuevos pero con la misma técnica: “varían según lo que quiera utilizar la gente, hacemos lo que la nos pidan, pero cuando es algo nuevo tenemos que poner nuestra creatividad”, anunció Cándido Santiago.

Al finalizar con la entrevista, el maestro invitó a valorar el complejo trabajo de la filigrana istmeña y a consumir este tipo de piezas teniendo en cuenta que “para hacer los trabajos se necesita mucho tiempo”.