Trine Ellitsgaard – El arte de reflexionar el textil
Para crear su obra textil Trine Ellitsgaard recurre a pocos colores con los cuales logra diseños limpios y exquisitos, los tonos que predominan son: el negro, blanco, gris y azul, pero en Reflexiones, la reciente muestra que inauguró en el Museo Belber Jiménez, la artista elaboró un tapiz en rojo.
En Reflexiones la creadora danesa, radicada en Oaxaca, reinterpreta obras de la colección permanente del museo y entabla un diálogo entre piezas creadas hace varias décadas con su propuesta textil contemporánea.
Entre risas Ellitsgaard admite que el colorido que la rodea en Oaxaca es precisamente lo que nutre su obra, aunque ésta no esté llena de esos tonos que ve en su vida cotidiana.
“Las piezas que hago se alimentan de los colores aunque no los uso, me gusta verlos, aquí en Oaxaca hay mucho colorido, creo que si viviera en un país como Dinamarca utilizaría colores más fuertes, porque ahí el entorno es gris”.
Lo que ella hace es un contraste con lo que ve todos los días, y apuesta por el minimalismo en su trabajo, por lo más simple.
Trine Ellitsgaard es una persona que le gustan los espacios grandes y vacíos, para meditar, cree que vivir con miles de cosas alrededor puede ser una distracción para pensar.
“Siempre pensé en vivir en una casa sin nada, cuartos vacíos, a veces se logra, pero siempre se llenan de cosas en dos minutos, el sueño es tener algo sin cosas que te molesten”, detalla.
En la obra que Ellitsgaard presenta en el Museo Belber Jiménez no sólo hay una reflexión, está su exploración constante con los materiales, recurre a distintas fibras y elementos que muchas veces no se pensaría pueden hilvanar un textil.
La artista expresa que por fin tiene un tapiz rojo, el cual está elaborado con hilo de papel, henequén y nylon, que surge como una reinterpretación de un tapete de telar de cintura que data 1960 y es parte de la colección del Museo Belber Jiménez.
Búsqueda en los materiales
En su taller la entrevistada guarda gran cantidad de materiales, todos los tiene en mente y sólo espera la oportunidad para que estos formen una pieza, así sucedió con el hilo de papel en color rojo, tenia suficiente para hacer una pieza de 138 por 197 centímetros.
La tejedora ha trabajado prácticamente con todo tipo de materiales, hace un par de años recurrió a los intestinos de cerdo para crear una de sus piezas, estos los compró en una tienda en Portugal, estuvieron guardados por muchos años, hasta que llegó el momento de trabajarlo.
“De pronto ves algo que te inspira, hay que pensar cómo se puede transformar o reflejar el material”, explica la artista.
Y comenta que para la muestra Reflexiones en una de las obras utilizó un hilo muy grueso que era difícil de tejer, por eso lo colocó de tal manera que se formaran círculos e incorporó hilo de oro, para reinterpretar unas, Canastas Apache y Pomo que datan de 1850-1860.
Trine tienen materiales que compró hace 40 años, muchos de ellos difícilmente volverá a encontrarlos, como aquellos rollos de hilo que utilizaban los pescadores en Dinamarca hace 100 años.
“Esos rollos los compre cuando cerró una fábrica antigua, ahora ya no hacen ese material, porque ahora utilizan nylon y es mucho más práctico, lo pueden usar mojado o seco, y no pasa nada”.
Para la creadora no es difícil desprenderse de las piezas, aunque estén elaboradas con materiales que tenían muchos años con ella. Al contrario piensa que así su bodega se va limpiando.
“Claro que hay una parte sentimental porque son materiales que has visto tantas veces y pensando tanto, pero sé que se tienen que ir, como todos tenemos que irnos”.
La artista cree que todo lo que la pieza lleva la hace interesante, en este caso además de la técnica que utiliza en su obra, hay una historia detrás de cada material, aunque muchas veces no es visible.
Cuenta que las piezas antiguas que se ven en los museos, también llevan una historia, por eso son bonitas, porque primero un artesano escogió el material, luego hizo la obra, “todos esos procesos están hechos con cariño, se notan y viven en las piezas”.
Aunque muchas veces la gente piensa que tener un textil requiere muchos cuidados, ya que se preocupan por su cuidado y limpieza, ella asegura que este no es nada difícil.
Y en Oaxaca existe una gran producción de textiles, hay comunidades que se dedican a este arte como Teotitlán del Valle, afortunadamente muchas de estas piezas van entrando poco a poco a las galerías.
Trine Ellitsgaard comenzó a hacer textiles a los 17 años en Dinamarca, su tierra natal, que aunque hay cosas muy bonitas, la artista no piensan regresar a vivir ahí, porque en Oaxaca está toda su familia.
“El clima de Dinamarca no me gusta, porque pasan varios meses entre frío y lluvia, con días grises”.
Además de ser artista, Ellitsgaard es ama de casa, pero siempre busca un espacio para trabajar en sus tapices, por lo regular lo hace en la noche cuando no hay teléfono que contestar o puertas que abrir.
“Cuando mi hijos eran chiquitos había muchas interrupciones, tenía que llevarlos a la escuela, actividades en la tarde, los amigos, pero siempre buscaba aunque sea media hora o 15 minutos para hacer mis obras, hace mil años que trabajé ocho horas seguidas”.
Aunque debe atender varias cosas al mismo tiempo, Ellitsgaard no abandona su obra y trabaja arduamente, este mes de junio también expondrá en San Francisco, California por invitación de Raúl Cabra quien mostrará piezas del proyecto Oax-i-fornia.
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